26.4.10

Almohada multifacética

¿No les ha pasado que llega el momento de la noche en donde tu cuerpo suplica dormir? Y no hablo pues de esas noches que apenas y recuerdas como llegaste de la fiesta que empezó hace par de días, sino más bien de esos días tranquilos que cansan a uno hasta el agotamiento. Entonces, llega la hora de dormir… se mete uno a la cama con todo el cuidado del mundo, como si la cama fuese de clavos o vidrios rotos, abraza un poco la almohada y de pronto todas las ideas se van, todas menos una; tu almohada.

Y supongo que subestimamos el poder de la almohada porque invariablemente está ahí para apoyarnos y de mi parte se me había hecho un poco egoísta el no escribir de ella, al final de todo nadie compite con ella, es a quien le contamos nuestros problemas y curiosamente, aunque no los hablemos directamente la almohada parece tener un poder psíquico que le concibe escuchar nuestros pensamientos, es a quien le confesamos nuestras más grandes y negras acciones, creo que ni dios nos llegará a conocer tanto.

Un ejemplo en mi caso, que ignoro si les llega a pasar, es imaginarme a alguien, puede ser un amigo, tu pareja, algún familiar y hasta un desconocido, esto va a depender de tu humor del día y de quién te gustaría estar acompañado en ese instante - no es lo mismo llegar cansado y anhelar abrazar a tu pareja o bien llegar de una fiesta donde viste a la persona más sensual, sexy y apetitosa y tus únicos pensamientos son hacer el acto humano más divino o más repulsivo según cada persona.

Veras querido lector que casi puedo asegurar que te ha pasado. Llegar a la cama de un día pesado, que si bien no fue malo si fue la pauta para que al amanecer sea un pésimo día, recostarte lentamente dejando que el cuerpo se adapte a la cama y está a su vez de tu peso hasta caer sobre tu almohada, sentir como rosa en tus mejillas y luego suspirar y pensar en esa persona que te haría un poco más cálida y afable la noche. Sé que no lo podrás negar, por mi parte te puedo decir que han pasado muchas personas, casi todas del sexo femenino a excepción del fallecimiento de mi abuelo, meses en los que a mi almohada le llame “Tico”. Te puedo decir que hasta tu mismo, querido lector has pasado por esa almohada, y no es para que te asustes y te sientas hostigado, deja explicarme mejor:

La noche de hoy al acostarme curiosamente ninguna persona vino a mi mente, momento en el que note que hoy mi almohada tenía su propia identidad y quería que la conociera. Es un momento tan embellecedor el ver a tu almohada como realmente es, sin nombres o caras, simplemente una almohada, así que decidí en ese mismo instante escribir sobre uno de los objetos más preciados del hombre. Mientras replanteaba la idea en voz alta, mi almohada pasó a ser alguien más, paso a ser el lector de este escrito…

4.4.10

El último grito del arte... (Carta de un suicidio)

Estimados míos;

La muerte es algo natural que espera a todos, es la esperanza propia del ser y el descanso del cuerpo, es el maridaje de la vida; pues todos tenemos escrito nuestro fin, única restricción en este contrato de nuestra existencia. Es esta quien más une a los hombres y que compartimos no solo como humanidad sino como naturaleza, es el atisbo que nuestro propio universo también espera; la muerte es lo último que harás en vida, tu última acción, el último verbo.

Por eso os pido alegren sus corazones de esta peripecia y celen mi más grande obra titulada “Mi muerte” y os digo de toda franqueza que esta faena fue el discernimiento de mi persona, pues no podía dejar al público los adjetivos de mi muerte, solo sus criticas, las cuales como podrán imaginarse, para mí ya no lo son nada.

Conveniente sería ahora explicar mi obra, con el mondo propósito de evitar porfía redundante y superflua.

“Mi muerte, una escena capturada en el lienzo del hombre. La máxima representación del arte en el momento más crítico de la vida del autor.”

Anteriormente me dedique a otras artes, pero ahora buscaba una que jugara con los sentidos, mis sentidos. Destaque en las 6 bellas artes y las 3 nuevas artes, desde danza hasta arquitectura, según Charles Batteaux conquisté la belleza, me consagre a la cinematografía, capturé los momentos de la fotografía y me sumergí a las historietas, viví mis años conforme a la pasión, pero ahora buscaba ir más allá, buscaba el decimo arte, una forma de expresarte que involucrará todos los sentidos, buscaba una obra que, al momento de cerrar el telón, me robase el aliento; sé que lo logré.

Por eso heme aquí, haciendo de la vida una burla y de la muerte un arte, al final, lo último que se verá de ti es tu cuerpo. Y sin más, les dejo esta obra para que se aprecie no solo la escena como un todo, como una vida, sino también como paradoja de la libertad, pues al final no somos libres, solo somos libres de lo que hemos renunciado, pero esclavos de lo que deseamos.